La vida es un ratito

Por eso, viaja. Viaja para sentirte insignificante en un mundo tan grande, es una lección de humildad. Viaja para echar de menos, te darás cuenta de lo que es verdaderamente importante, pero sobre todo, de lo que no lo es. Viaja para aprender, lo que necesitas saber no se encuentra en los libros. Viaja para enamorarte, hasta las cosas más feas tienen su lado bonito. Y sobre todo, viaja, porque somos los caminos que hacemos, y también, los que dejamos de hacer.