Japón

Japón es un espectáculo para los sentidos. No hay nada que te deje indiferente y te atrapa a cada paso con el caótico orden, los sabores de escándalo, la perfecta amabilidad de la gente, las noches de luces y extravagancia, y la facilidad que te brinda para sentirte parte del escenario con solo poner un pie en el país Nipón.


16 DÍAS en el mes de octubre
Recorrido: Kioto-Osaka-Nara-Hiroshima-Tokio– Kamakura
Vuelo: 612€ (Finnair)
Transporte: 354€ (Japan Rail Pass/Billete de 14 días)
Seguro de viaje: 129€ IATI Seguros (familia viajera/3 pax
Alojamiento: Tokyu Stay Yotsuya en Tokio*súper recomendable (6 noches/604€ hab. doble) con Expedia / Rinn Gojo Tenjinmae en Kyoto (8 noches/780€ hab. doble) con Booking
Comidas: 40€ aprox. /día (por persona)
TOTAL VIAJE: 2.400€ aprox. (Precio x persona sin contar extras como regalos, etc.)


Imprescindible: Shinjuku en Tokio, Higashiyama y Gion en Kioto, Dotonbori en Osaka, el Gran Buda en Kamakura; probar el sushi, las gyozas, el okonomiyaki y todos los platos típicos japoneses; llevar una bolsa en los paseos para tirar la basura porque no hay papeleras en ningún sitio. 


Evitable: comprar el JR Pass sin hacer un cálculo previo para ver si merece la pena, hablar fuerte en el metro, sonarse en público,  dejar propina, organizar poco las visitas, llevar los calcetines agujereados (pq hay que descalzarse a veces), sorber los fideos sin hacer ruido, el chorrito de agua del váter para los más sensibles.


Moverse por Japón

La forma más rápida de moverse por Japón es con el Japan Rail Pass.  Es un billete multiuso con descuento con el que se puede viajar por todo Japón y sale más económico que comprar billetes de tren por separado.

Es recomendable hacer un cálculo previo de las ciudades que se quiere visitar porqué si solo se quiere hacer Tokio y Kioto, por ejemplo, no merece la pena.

El JR Pass ofrece acceso ilimitado a todos los trenes nacionales del grupo JR, así como a servicios de autobús, ferries (de Hiroshima a Miyajima) y traslado desde los aeropuertos al centro de las principales ciudades.

Nosotros visitamos Tokio, Kioto, Osaka, Nara, Hiroshima, Kamakura y nos movimos por Tokio con las líneas del JR, así que nos salió a cuenta.

Además del tema económico,  también es la facilidad con la que te permite ir de un sitio a otro sin sacar billete cada vez, solo mostrando el pase en el acceso y dirigiéndote a la vía correspondiente (si no se quiere reservar asiento).

Hay varias webs vendedoras oficiales de este pase y con distintos precios. Recomiendo Japan Experience (https://www.japan-rail-pass.es/). Te mandan los pases en menos de 48 horas acompañados de una guía de viaje “Japan by train” y un mapa impreso de la red JR.

Para saber cuándo y en qué vía sale el tren que nos interesa, recomiendo descargarse la App Hyperdia. Al principio me pareció un poco cutre-rudimentaria pero le acabé cogiendo el punto y se convirtió en un imprescindible del viaje.

En Kioto nosotros nos movimos mucho en bus, y en líneas que no eran de la JR. Cada viaje costaba unos 230 yenes… ¡error! hay pases de metro y bus que salen más a cuenta. Se pueden consultar las tarifas y tipo de billetes en las máquinas de cualquier estación de metro. Nosotros pateábamos hasta necesitar oxígeno cuál peregrino a Santiago y si en un momento dado queríamos coger un bus concreto para cambiar de zona lo cogíamos y chispúm, sin contemplaciones de buen ahorrador, con espíritu de  “no nos va de 200 y pocos yenes en este viajazo”… nuestro planning de transporte en Kioto (excluyendo la JR) muy mejorable.

En Tokio, en cambio, utilizamos siempre las líneas de la JR, que hay muchas y te dejan prácticamente siempre en el mismo punto al que quieres llegar.

Pero sobretodo, el mejor transporte para moverse por las ciudades son unas buenas bambas. Nosotros andamos unos 12km diarios de media (con un bebé campeón de 21 meses).

¿Cómo llegar del aeropuerto de Narita a Tokio o Kioto?

Lo primero que hay que hacer cuando se llega al aeropuerto de Narita es ir a hacer colón para activar el JR Pass en el East Travel Service Center. Si viajan dos o más personas y se tienen que recoger maletas o el pocket wifi, recomiendo distribución de tareas y uno a comerse la cola de la JR para ir avanzando y empezar antes la aventura.

Una vez se activa la JR y en el mismo local, te informan y sacan billete con asiento reservado para el próximo Narita Express destino Tokio (más fácil de lo que nos tememos antes de llegar).

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Si se decide visitar primero Kioto (como fue nuestro caso), también se puede coger el Narita Express y bajar en la estación de Shinagawa. Se puede bajar en Tokyo Station pero si es el primer contacto con el país es mejor hacer el cambio de tren en una estación más pequeñita como la de Shinagawa. Una vez en Shinagawa solo hay que encontrar la vía de tren con el Shinkansen destino Kioto cuyos billetes también habremos sacado en el East Travel Service Center del aeropuerto.

Si no se dispone de JR, en las máquinas de la estación se puede sacar cualquier billete de manera fácil. El billete de ida a Tokio en el Narita Express sin asiento reservado cuesta unos 1.700 yenes.

Hay cientos de maneras de llegar a Tokio desde el aeropuerto (taxi, bus, líneas locales, etc.) pero yo recomiendo lo que por tiempo/precio me parece la mejor opción.

El servicio de taxi es bastante caro (unos 700 yenes de bajada de bandera y los 2 primeros km y unos 300 yenes el kilómetro).


KIOTO

Los primeros pasos te hacen creer que Kioto es una ciudad de edificios grises y poco encanto pero hay que perderse por las callejuelas de la antigua capital imperial para descubrir, bajo mi punto de vista, la ciudad con más magia de Japón.

Al salir de la estación de tren, te da la bienvenida la gigantesca Torre de Kioto, normalita de día pero resultona de noche con sus luces de colores. Se puede subir al mirador por menos de 20€.

Aquí debo destacar que en la planta 10 de la estación hay un montón de locales en los que comer Ramen por un precio más que correcto (la planta 11 tiene también restaurantes de todo tipo pero menos económicos).

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Planta 10 de la estación de Kioto

Desde la planta 12 de la misma estación también se puede ver una panorámica de la ciudad que quita el hipo.

A poco más de 10 minutos andando de la estación te sorprenden entre edificios de hormigón dos templazos bonitos que vaticinan lo que será este viaje: cuando menos te lo esperas…¡zas! bofetada de belleza. Estos templos son conocidos como Nishi Honganji e Higashi Honganji y pertenecen a una de las sectas más influyentes del budismo japonés llamada Tierra Pura. Están abiertos desde primerísima hora (05.30h) y cierran entre las 16 y las 18 dependiendo de la época del año, la entrada es gratuita.

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Honganji

Y todo este espectáculo en un radio minúsculo de espacio, así es Japón.

Si solo tuviésemos 1 día para visitar Kioto sin duda deberíamos centrarnos en la zona de Higashiyama y  Gion, el barrio por excelencia de las geishas.

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En el sur de Higashiyama se encuentra el Templo Kiyomizudera, un must del viaje y un punto perfecto para empezar a patear toda la zona.  En él, hay un precioso balcón de madera en el que hacer más de una instantánea de la ciudad. También está la cascada Otowanotaki, donde la gente se acerca a beber el agua que se cree, tiene propiedades curativas.

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Templo Kiyomizudera

Kiyomizu-michi es la calle turística que desemboca en el mencionado templo y está llena de tiendas de recuerdos y puestecitos de comida.

Una vez visitado el templo, se puede pasear por las calles tradicionales San-nen zaka y Ninen-zaka antes de llegar al barrio de Gion. Son callejuelas que parecen salidas de otro tiempo con cantidad de antiguas machiya, las casas tradicionales de Kioto.

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El templo Kodaiji se encuentra a unos 15’ andando de Kiyomizudera donde se puede pasear por los jardines zen para relajarse un rato (no vale la pena desviarse si se va con el tiempo justo).

Y si seguimos deambulando embobados por las callejuelas mágicas de Higashiyama, llegaremos al santuario Yasaka Jinja donde se celebra el mayor festival de Kioto en el mes de julio, el Gion Matsuri. (Que no cunda el pánico: De Kiyomizudera al templo Yasaka hay menos de 20’ andando, así es Kioto, mucho bonito en poco trocito)

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Yasaka Jinja

El barrio de Gion se construyó para dar cobijo a los viajeros que llegaban a visitar el santuario Yasaka y hoy en día es uno de los barrios más atractivos para cualquiera que visita la ciudad.

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La calle Hanamikoji y sus callejuelas contiguas te desarman desde el primer momento porque parecen sacadas de un cuento tradicional japonés. Y a menos de 10’ a pie, junto al río Kano, encontramos la zona de Pontocho, otro encantador barrio de geishas repleto de restaurantes, bares y casas de té.

Nosotros en esta zona comimos en el Chihori, un sushi giratorio recomendado en muchas webs, que a mí personalmente, no me pareció nada del otro mundo, por no decir que me pareció el Mc Donalds de los sushis. El restaurante que sí que recomiendo para los amantes de las gyoza, es el Sukema.

También el Nishiki Market se encuentra a menos de 10’ andando de Pontocho y es un mercado donde se puede probar gran variedad de comida tradicional japonesa.

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Nishiki Market

Éste es el paseo, para mí,  más recomendable de Kioto. Ahora bien, si se tiene más tiempo, como suele ser habitual si te cruzas el mapa de punta a punta, hay algunos sitios chulos que también merecen la pena:

El santuario de Fushimi Inari Taisha se encuentra en la estación de JR Inara, a 5 minutos en tren de Kioto.

Este santuario sintoísta abarrotado de toriis y gente es de los más fotografiados, no solo de Kioto, sino de todo Japón. Está dedicado al espíritu de Inari, la patrona de los negocios. Por eso, los comerciantes y empresarios han ido donando estos toriis a lo largo de los años como ofrenda para garantizar el éxito de sus negocios. Es una pasada la cantidad de gente que visita este lugar para inmortalizar la típica imagen del túnel lleno de toriis anaranjados. Hay muchas personas que madrugan para ser los primeros, pero si se tiene un poco de paciencia y no se queda uno anclado al principio sorteando millones de cabezas, se consigue hacer la foto deseada. En el recorrido hay más de 4km de caminos, seguro que hay un rincón que sepa captar la instantánea.

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Fushimi Inari Taisha

El Templo Kinkaku-ji o Pabellón dorado es también uno de los atractivos turísticos más visitado de la ciudad. En 1950 un incendio destruyó la estructura original y lo que se visita hoy en día es la reconstrucción que se hizo en el 55. El templo tiene tres pisos recubiertos de hojas de oro que se reflejan en el agua del estanque y forman un escenario cautivador. Aquí también hay más gente que en la guerra pero es un paseo muy amable a través los bonitos jardines que lo rodean. La entrada cuesta 400 yenes.

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Templo Kinkaku-ji

Cerca de este templo (20’ andando) se encuentra el templo Ryoan-ji, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco por su famoso jardín de rocas de estilo zen de 25 metros. No entiendo muy bien porque todas las guías le dan tanto bombo porque a mí personalmente me pareció un poco “bdá”, básicamente porque tenías que compartir la escena con cientos de personas y de ese modo, ¿quién va a meditar?, ¿quién? La entrada cuesta 500 yenes.

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Ryoan-ji

El templo Ginkaku-ji o pabellón de plata no tiene nada que envidiarle al de oro. Es un templo budista zen rodeado de un jardín espectacular. En él destaca el jardín seco de arena blanca “mar de arena plateada” diseñado para reflejar la luz de la luna y proyectarla sobre el pabellón. La entrada cuesta 500 yenes.

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Ginkaku-ji

Tetsugako Nomichi  o el camino del filósofo es un bonito paseo de casi dos kilómetros que conecta Ginkaku-ji con el templo Eikan-do (media hora andando).  El recorrido está rodeado de pequeños barecitos y tiendas de artesanos locales. También se encuentran varios templos y santuarios como el de Honen-in (a sólo 10’ de Ginkaku), un pequeño templo cubierto de musgo que ofrece una estampa idílica.

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camino del filósofo

El Palacio Imperial de Kioto fue el alojamiento de la familia imperial durante más de un milenio. Hasta el año 2016 la visita debía reservarse con antelación a través de la Agencia de la Casa Imperial pero en la actualidad se puede acceder libremente, no permitiéndose la entrada ni a los pabellones ni a los jardines privados. El Palacio está dentro de los Jardines Gyoen, que se pueden visitar también ya que el recinto está abierto al público.

El castillo de Nijo-jo es otro de los monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Todo el palacio está cuidadosamente decorado y el crujir del suelo conocido como “suelo de los ruiseñores” era el singular sistema de alarma que alertaba de la entrada de intrusos por el chirrido de sus pisadas.

Arashiyama es una zona súper bonita, muy dominguera, para pasear, tirar piedras al río Hozu, montar en barca o relajarse. Se pueden visitar templos como el impresionante Tenryuji  o santuarios como el Nanomiya. El principal reclamo de la zona es el Bosque de Bambú, del que nosotros pasamos porque nos pareció un poco turistada abarrotada de gente.

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Arashiyama

OSAKA

La tercera ciudad de Japón es una de las visitas imprescindibles que se deben hacer desde Kioto. Solo se tardan 30 minutos en tren con la JR Nara Line.

Todo lo que esperas de Japón antes de visitarlo se hace realidad en el barrio de Dotonbori del centro de Osaka, un escenario repleto de gente, restaurantes, carteles luminosos y luces de neón que te deja como a Goku encontrando las 7 bolas de dragón.

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Dotonbori

El canal de Dotonbori une el puente Dotonboribashi con el puente Nipponbashi y es donde se cosecha todo el ambientazo de la zona.

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De los cientos de neones de Dotombori el más famoso es, sin duda,  el de Glico Man, imagen de la empresa de dulces Glico convertido en símbolo de Osaka.

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En Osaka son conocidos por su amor a la comida, tanto que la palabra con la que se les define es “kuidaore” que significa algo así como “comer hasta arruinarte”. Esta ciudad es como una feria gigantesca de oferta gastronómica ofrecida al visitante mediante vistosos neones y decorados, como el famoso cangrejo gigante de Kani Doraku.

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Muy cerca se encuentra Amerikamura, el barrio de inspiración americana, y hacia el sur (andando un poco) Den Den Town, donde se pueden comprar cientos de artilugios electrónicos.

Además de esta zona de visita obligada, Osaka tiene mucho que ofrecer:

Se puede visitar el castillo de Osaka y pasear por sus jardines; admirar las espectaculares vistas desde el futurista Umeda Sky Building;  visitar el Gate Tower Building, un edificio por cuyo interior pasa una autopista; pasear por Shinsekai, barrio de moda a principios del siglo pasado lleno de restaurantes baratos y salas de juego que subsiste hoy en día un poco en decadencia custodiado por la torre Tsutenkaku; coger un tranvía para visitar el santuario más importante de la ciudad, el Sumiyoshi Taisha, famoso por sus más de 700 lámparas de madera; o dar una vuelta por la Bahía de Osaka.


NARA

Nara es otra de esas visitas obligadas que hacer desde Kioto. Se llega en apenas media hora (JR Nara Line). En la estación de Nara se puede coger el bus en la plataforma 2 para llegar al parque de Nara. Cuesta 240  yenes y tarda 25 minutos, lo mismo que andando porque hay tráfico y semáforos.

Esta ciudad fue capital de Japón entre los años 710 y 784; un poco de historia para que no se diga… ahora hablemos de ciervos, que es lo que nos interesa.

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El reclamo principal de todo viajero se encuentra en el parque Nara-koen. Es un parque espectacular en el que perderse todo el día. Hay más de mil ciervos campando alegremente por todo el recinto.  Por todos los lados se vende a los turistas una especie de obleas (sembei) para alimentarles. Hay que ir con cuidado porque estos animalitos son entrañables pero a la vez salvajes y una bolsa de comida abierta puede durar menos de 1 minuto.

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Nara-koen

El núcleo del parque es el templo Todai-ji, al que se accede a través de la imponente puerta Nandai-mon. Dentro del templo se encuentra la famosa estatua del Gran Buda, de 16 m de altura. En el mismo templo hay un pilar de madera con un agujero pequeño; la leyenda dice que si se consigue pasar por él se tiene garantizada la iluminación, y como es de imaginar,  hay cientos de niños y adultos pequeñitos haciendo cola para ganársela.

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En el mismo parque se ubica también el templo Kofuku-ji, una preciosa pagoda de 5 pisos.

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Kofuku-ji

Otro santuario que recibe muchas visitas es el de Kasuga-taisha, conocido por sus miles de farolillos de bronce y piedra. Durante el festival Setsubun Mantoro (del 2 al 4 de febrero) y el festival Obon Mantoro (del 14 al 15 de agosto) se encienden los 2000 farolillos de piedra (del camino exterior)  y los 1.000 farolillos de bronce (del techo interior) y dicen (yo no porque he ido en octubre) que se crea una atmósfera única.

Si se va con tiempo, se puede visitar Nara-machi, el antiguo distrito comercial de Nara. Este barrio conserva gran cantidad de casas tradicionales muy bien conservadas, y está repleto de restaurantes y tiendecitas de artesanía. Un recuerdo que se puede comprar en esta zona, es un monete colgando (migawari-zaru), típico adorno de las casas del distrito.


HIROSHIMA

Hiroshima se conoce porque sufrió el primer bombardeo atómico de la historia el 6 de agosto del 1945, en los últimos coletazos de la Segunda Guerra Mundial.

Un mes después del bombardeo, un tifón destruyó algunas de las pocas estructuras que habían quedado en pie. Con este terrible panorama, la ciudad se tuvo que reconstruir pasada la guerra.

A Hiroshima se llega desde Kioto en menos de 2 horas. Una vez allí, hay un bus turístico, gratuito con la JR Pass, que hace diversas rutas parando en los sitios más reclamados de la ciudad.

El Parque Commemorativo de la Paz es el lugar más emblemático de Hiroshima. A su lado encontramos la conocida como Cúpula de la Bomba Atómica o Genbaku Dōmu, un antiguo edificio comercial cuya cúpula y parte de estructura quedó en pie tras el bombardeo. Se decidió conservar de ese modo para no olvidar la historia y así no repetir los mismos errores.

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Cúpula de la Bomba Atómica

En el centro del parque hay un tambor donde replicar por la paz un “ding dong” tan fuerte que se oiga en todo el mundo.

En el Museo Conmemorativo de la Paz se hace un viaje a través de la historia y de todo lo sucedido. Es una de esas visitas de pelos de punta que te hace avergonzarte por pertenecer al género humano.

Hay personas voluntarias (voluntarios de la Paz de Hiroshima) que ofrecen una explicación gratuita del Museo, el Parque y los cenotafios de los alrededores.

Al lado del museo hay un arco con los nombres de todas las personas muertas a causa del bombardeo. Nos contaron que esa forma representa un refugio para las almas de  las víctimas y es, en este punto, donde se celebran las ceremonias conmemorativas del suceso.

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Junto al arco está el Monumento a la Paz de los Niños. Este monumento se construyó en homenaje a Sadako Sasaki y todos los niños que desaparecieron en el ataque. Sadako murió a los 12 años de una leucemia causada por las radiaciones del bombardeo.

Los japoneses creen que si se doblan mil papeles en forma de grulla, un pájaro que consideran símbolo de longevidad y felicidad,  se cumplen los deseos. Con el deseo de curarse, Sadako hizo más de 1.000 de estos pajaritos de origami.  Finalmente murió, causando una gran conmoción entre sus compañeros de colegio, que se movilizaron hasta conseguir la construcción de este monumento. Durante todo el año, el lugar recibe miles de grullas de origami como señal de compasión y apoyo a las familias que perdieron a sus niños.

En 1964 se encendió la Llama de la Paz y no se apagará hasta que no queden armas nuclearas en el planeta.

Si nos alejamos del terror y nos trasladamos al centro de la ciudad,  podemos pasear por la calle peatonal Hon-dori, llena de tiendas, restaurantes y salas de juego,  o por la conocida calle Aioi-dori. En esta zona también se puede visitar el castillo de Hiroshima.

La mayoría de gente que visita Hiroshima lo hace también a Miyajima, una isla muy bonita declarada Patrimonio de la Humanidad en la que, como en Nara, hay cientos de ciervos empadronados en ella.

En Miyajima se encuentra el santuario de Itsukushima Jinja, un espectacular santuario sintoísta de arquitectura tradicional, construido en el agua,  que da nombre a la isla (Miyajima= “Isla del Santuario” porque en realidad la isla se llama Itsukushima ).

Lo más conocido del santuario es el gran torii en el agua, fotografiado por miles de viajeros y símbolo de la isla. Cuando la marea está alta (normalmente por la tarde), el torii parece flotar en ella; en cambio, si la marea está baja (normalmente por la mañana), se puede caminar hasta sus pies.

La forma más común de llegar a la isla es cogiendo el tren (Sanyo Line) hasta la estación de Miyajima-guchi (una media hora) y allí un ferry (JR Miyajima Ferry o Matsudai Kisen) hasta el muelle de Miyajima. El trayecto en ferry es de unos 10 minutos y el precio de 180 yenes (gratuito con la JR Pass). El último ferry de vuelta sale un poco antes de las 22.30h.

Por otro lado, la forma más cómoda, rápida y cara, es coger un barco directo desde el muelle ubicado enfrente del Parque de la Paz. El trayecto es de unos 40 minutos y cuesta un poco más de 30€ (ida/vuelta).


TOKIO

Tokio es top: cegadora, impactante, atractiva, vistosa, amable, caótica; te desarma, te atrapa y no te decepciona. ¡No hay que alarmarse con su amplitud! Es una ciudad fácil y bien comunicada que se puede visitar cómodamente sin morir en el intento.

En Tokio triunfamos con el hotel. Teníamos una habitación doble enorme con cocina y lavadora-secadora, y estaba súper bien ubicado, en Yotsuya. Esta zona tiene cientos de restaurantes y supermercados y está cerca de todo (pero lejos del bullicio de Shinjuku). Teníamos una línea de JR a menos de 5 minutos andando.

Ahora, como bien dice todo el que visita Tokio, es importante separar el mapa en zonas y visitar cada día un distrito o varios cercanos.

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Al norte, el famoso parque de Ueno es un lugar ideal para dar un paseo tranquilo y visitar alguno de los templos, santuarios y museos que hay en su interior:

El santuario Ueno Toshogu es uno de los edificios que quedó en pie tras la batalla de Ueno y bajo mi punto de vista, el más bonito del parque. A la entrada del santuario hay una pagoda de 5 pisos original de 1639, del antiguo templo Kaneiji.

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santuario Ueno Toshogu

El templo Kiyomizu-Kannon-do se inspiró en el templo Kiyomizudera de Kioto imitando su balcón de madera. Este templo es conocido y visitado por las parejas que quieren tener hijos ya que en su interior está la imagen de Kosodate Kannon, diosa de la concepción.

Por otro lado, en este parque encontramos también el templo Benten-do, dedicado a Benten, diosa de la riqueza, la fortuna, la música y el conocimiento.  Este templo está ubicado en el sude-este del parque, en una islita del centro del estanque Shinobazu. El día que lo visitamos el estanque estaba cubierto de hojas que no dejaban ver ni una gota de agua.

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Templo Benten-do

El Gran Buda de Ueno era una estatua de bronce de Buda sentado que a causa de diversos terremotos e incendios sufrió muchos daños. De hecho,  la cara es lo único que se conserva hoy en día, y es lo que se puede ver en el citado parque. El altar está rodeado de tablillas ema, unas tablillas de madera que se encuentran en los santuarios sintoístas para que los dioses kami nos cumplan los deseos.

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El Gran Buda de Ueno

También en el parque se encuentra el zoo más antiguo de Japón, famoso por sus osos panda. Nosotros no lo visitamos porque los animales nos gustan libres o vuelta y vuelta.

Después de visitar la zona sur del parque podemos coger la calle comercial Ameyoko e ir andando hasta el barrio friki de Akihabara. Es un paseo de 20 minutos.

Akihabara es el barrio friki por excelencia, centro de la electrónica y meca de la cultura otaku. Como en muchos barrios de Tokio, es una zona que llama mucho más la atención de noche, por eso es bueno visitarla de tarde y esperar a que oscurezca dando paso a los miles de neones que te dejan pilluli.

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Akihabara

Las tiendas de electrónica conviven con otras de videojuegos, anime, manga, souvenirs, maid cafés (cafeterías de sirvientas), etc. En la mayoría de tiendas hay tax free para compradores con visado turista que se gastan más de 10.000 yenes.

En Akihabara comimos súper bien y barato en el Tanaka Soba Ten.

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Tanaka Soba Ten

También en esta zona se encuentra la cadena Tiger donde cambiar dinero.

Y no puedo extenderme más sobre la zona friki porque mi conocimiento en el campo “Mago nivel Dios” es ninguno.

A media hora andando yendo hacia el sur, encontramos la Estación Central de Tokio. (Esta zona se puede visitar otro día, con el Palacio Imperial, Ginza y la lonja de pescado, por ejemplo).

La estación de Tokio y sus alrededores me parecieron de infarto; cientos de rascacielos y grandes avenidas impolutas.

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Estación Central de Tokio

El edificio de esta estación inaugurada en 1914 es una maravilla. La fachada se decidió preservar y convive pasado y presente de manera harmónica.

Bajo la estación, hay una galería subterránea con todo tipo de tiendas, supermercados y restaurantes (Tokyo Ramen Street, de restaurantes de fideos ramen o Tokyo Character Street,  de merchandising de TV).

A escasos metros de la estación se encuentra el Palacio Imperial de Tokio, residencia oficial de la familia imperial.

A menos de 20 minutos andando hacia el sur, encontramos el lujoso barrio de Ginza. Es uno de los barrios que merece la pena patearse, con sus escaparates de cosas caras, su arquitectura moderna y sus restaurantes buenos. La calle Yurakucho está repleta de bares.

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Ginza

El mercado de pescado de Tsukiji está a menos de 15 minutos andando de Ginza. Nosotros comimos sushi en uno de los restaurantes colindantes al mercado (Sushizanmai/6.000yenes).

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Tsukiji

Después de comer, se puede pasear (15 minutos) hasta los jardines Hamarikyu.

A 10 minutos de los jardines se encuentra la estación de Shinbashi donde coger la Yurikamome Line a Odaiba para ver el atardecer (billete 320 Y).

El tren que lleva a Odaiba no tiene conductor, por eso es muy recomendable subirse al primer vagón y ver las fabulosas vistas en 360 grados.

La puesta de sol desde la playa artificial de Odaiba es de esos momentos que se graban en la retina para siempre.

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Odaiba

En Odaiba hay una réplica de la Estatua de la Libertad, una noria para personas sin vértigo, varios centros comerciales y también algún museo.

Ahora bien, si solo se tiene un día, hay que centrarse en la zona de Shinjuku. Pasear por sus callejuelas y cegarse con sus neones es algo que ningún viajero debe perderse.

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Shinjuku

El Golden Gai es un rinconcito muy auténtico situado al lado del imprescindible barrio rojo de Kabukicho. Aquí encontramos un montón de antros pequeñitos y mal iluminados que pueden albergar pocas personas, de hecho, la mayoría solo recibe a sus clientes habituales y tiene vetada la entrada a turistas. Excepto en los que cuelga un cartel con el mensaje “Extranjeros bienvenidos”,  a los que se les cobra una tarifa de entrada de entre 500 y 4000 yenes (normalmente 1.000).

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Kabukicho

En Shinjuku también hay un parque grande y bonito (Shinjuku Gyoen) en el que perderse un rato si se quiere desconectar del ajetreo de la ciudad.

A unos 10 minutos desde la estación de Shinjuku se encuentra el edificio del Gobierno Metropolitano de Tokio, donde se puede subir de manera gratuita al piso 45 para admirar las vistas de la ciudad en 360º.

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Gobierno Metropolitano de Tokio

A poco más de 5 minutos andando está la famosa escultura LOVE del artista estadounidense Robert Indiana. Esta obra de arte se puede encontrar en otros países incluso con versiones en otros idiomas, quizás la más conocida es la de Nueva York.

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A unos 20 minutos hacia el sur encontramos el fabuloso Parque Yoyogi. En él se ubica el santuario Meiji. Allí tuvimos la suerte de ver una boda sintoísta.

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santuario Meiji

Una vez recorrido el parque se puede pasear por la calle Takeshita del barrio de Harajuku llena de tiendecitas de cosas raras, crepes buenísimos y algodones de azúcar de mil colores.

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Takeshita

En este barrio comimos en el famoso Gyoza Lou, un mítico bar de gyozas. El plato de 6 empanadillas cuesta unos 6€ (las de Sukemasa de Kioto estaban más buenas).

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Gyoza Lou

A menos de 20 minutos andando dirección sur, nos topamos con el cruce peatonal más transitado del mundo, el Scramble Kousaten de Shibuya. Desde la planta superior del Starbucks de enfrente se puede apreciar el jaleo del cruce.

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Scramble Kousaten

Al lado del cruce está la estatua de Hachiko, un perro que se hizo famoso por esperar a su dueño frente a la estación de Shibuya durante muchos años después de que éste muriese (se ve que se hizo hasta una peli de esto).

Otra de las zonas de visita medio obligada es Asakusa (en el noroeste). En esta zona se ubica el templo Senso-ji,  al final de la calle Nakamise-dori, donde comprar souvenirs. Éste, es el templo más antiguo de Tokio.

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templo Senso-ji

Esta zona también mezcla tradición y modernidad, intercalando templos milenarios y edificios que parecen futuristas cacas de oro,  como el de la cerveza Asahi conocido como Unkobiru.

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Asakusa

Otro emblema de la ciudad es la Torre de Tokio, inspirada en la Torre Eiffel de París.  Se puede subir al observatorio principal a 150 metros de altura ( 820Y) i al especial a 250 metros (700Y). La entrada a los dos observatorios es de 1.600Y.


KAMAKURA

Desde la estación de Tokio y con la Yokosuka Line, el tren te deja en poco menos de 1 hora en Kamakura. Su cercanía y bonitez lo convierten en una visita imprescindible.

Kamakura es una ciudad de costa que ha sabido mantener su encanto a pesar de los cientos de turistas que abarrotan sus templos y santuarios. (Un poco el Ubud de Bali, para los que hayáis visitado Indonesia).

El top de las visitas de este lugar se lo lleva el Gran Buda o Daibutsu, una estatua enorme de Buda Amida ubicada en el templo budista Kotoku-in. Esta estatua de bronce de 13 metros de alto es, sin duda, símbolo indiscutible de la ciudad.

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Daibutsu

Muy cerca de esta estatua se encuentra el templo Hase-dera, con miles de estatuas del boddhisatva jizo, patrón de niños y viajeros. En la sala principal hay una estatua de Kannon, diosa budista de la misericordia.

Al final de la bonita avenida Wakamiyaoji está el Tsurugaoka Hachiman-gū, el principal santuario de Kamakura,  ubicado en el centro de la ciudad.

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Tsurugaoka Hachiman-gū

Por otro lado, la calle Komachi que conecta  la estación con el templo Tsurugaoka, está llena de tiendecitas donde comprar recuerdos, artesanías y demás cosas monas. (Y más baratas que en Tokio)

Un pelín más alejados están los templos de Engaku-ji, un templo fundado para que los monjes Zen rezaran por los soldados muertos, y Kencho-ji, el templo budista zen más importante de Kamakura.

En Kamakura comimos en un restaurante pijín de platos buenos y ambiente zen (Matsubara-an). Nos costó 30€ por persona.

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Después de comer nos acercamos a la playa Yuigahama, una playa sin más, normalita. 

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Visitamos también el templo Myohongi y nos pareció precioso. Al no ser tan conocido no había nadie y la tranquilidad le daba un aire místico y súper relajante. Este templo se usa de base para hacer rutas a través del camino Gionyama (no para principiantes). Justo enfrente está situado el templo Hongaku-Ji.

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Myohongi
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Hongaku-Ji

No hay que infravalorar lo que puede ofrecer Kamakura. No es un lugar que tenga solo un sitio imprescindible donde hacerse la foto;  hay decenas de templos y santuarios rebonitos, rincones de postal y sitios donde te gustaría quedarte para siempre. Kamakura se debe visitar con los deberes hechos desde casa, previendo lo qué se quiere ver, porque si no, se pierde parte del espectáculo. (Vale, la amiga soy yo).


COMER EN JAPÓN

En Japón hay restaurantes para todos los bolsillos.

Además, no hay que preocuparse por quedarse sin comer porque Japón huele a feria las 24 horas del día. Allí donde vayas, siempre habrá un puestecito de comida para llevar, un restaurante, un súper abierto 24h, una máquina expendedora de Ramen o cualquier otro sitio en el que saciar el hambre de viajero exhausto.

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Pero hay que saber que la mayoría de restaurantes japoneses ofrecen una única especialidad:

Sushi-ya: especializados en sushi y sashimi. También los Kaiten-zushi, que son los bufets giratorios, donde cada plato tiene un color que representa un precio.

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Sushizanmai en Tokio

Soba-ya: restaurantes de soba (fideo fino) y udon (fideo grueso). A diferencia de nosotros, ellos los sirven también fríos.

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Foodgate en Hiroshima

Ramen-ya: son también restaurantes de fideos pero en sopa. Mi experiencia me dice que cuanto más cutre es el local más consistencia tiene el caldo y mejor está. En estos locales suelen servir también arroz y gyoza, las empanadillas high level de las empanadillas.

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Planta 10  de la Estación de Kioto

Okonomiyaki-ya: locales que ofrecen la famosa pizza japonesa; una especie de tortilla rellena de todo.

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Ajinoya en Osaka

Tonkatsu-ya: sirven escalope de cerdo rebozado acompañado normalmente de sopa de miso y arroz.

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Katsukura en Kioto

Tempura-ya: se pueden comer vegetales, gambas o pescado rebozado en tempura.

Yakitori-ya: restaurantes de pinchitos de pollo a la parrilla.

Unagi-ya: especializados en anguila.

Sukiyaki-ya: sirven sukiyaki (finas lonchas de carne con verduras y tofu) que se cocina en medio de la mesa por el propio cliente y shabu-shabu, cocinada en olla y servido con salsas.

Aunque también hay otros con una selección de platos más amplia como los izakaya (pubs) o los shokudo y famiresu, restautantes familiares.

Casi todos los restaurantes tienen menú de mediodía o teishoku.

Hay unas colas tremendas, pero a ellos no parece importarles, es parte del ritual diario. Muchos locales disponen de bancos exteriores donde sentarse a esperar el turno.

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Tanaka Soba Ten en Tokio

Los más ahorradores pueden comer a base de cajas de bento (comida para llevar), que se venden en supermercados, tiendas especializadas o en los mismos restaurantes.

El supermercado Family Mart está abierto 24 horas y tienen unos sándwiches buenísimos. Mi preferido, el de jamón dulce y queso con huevo cocido en su punto exacto (yema color naranja chillón aún blandita). Ese sándwich de concurso de sándwiches, acompañado de un té macha XXL que te preparas por menos de 200 yenes en una máquina, es de esos desayunos que te alegran la vida.

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Hay cosas en los supermercados que son carísimas, como las uvas.

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Uvas a unos 10€

En Kioto, en la planta -1 del centro comercial Daimaru (en Siho Dori, enfrente de Nishiki Market) hay una especie de supermercado gourmet (como el del Corte Inglés) donde a última hora van poniendo descuentos en casi todos los productos y a las 19.30h  se pueden encontrar rebajados al 50%. Nosotros nos llevamos al apartamento varias noches bandejas de sushi buenísimas por unos 6€.

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Daimaru

En cuanto a bebidas, todos los locales te sirven agua en jarra y té verde caliente (no se paga). Hay mucha variedad de marcas en cuanto a cerveza (biruu) pero es bastante cara.  El café es también caro y no lo sirven en la mayoría de sitios (eso de la sobremesa es muy español). Hay cientos de Starbucks en los que el precio del café no parece tan abusivo como aquí (porque es el mismo que se paga en cualquier cafetería), y además hacen un té macha increíble,  que voy a pedir a través de la plataforma de Starbucks que lo añadan en España.

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Hay máquinas de bebidas por todas partes.


INFORMACIÓN PRÁCTICA

En Japón hay 8 horas más que en España (7 en horario de verano)

La moneda es el yen 1€=128 JPY aprox.

Es recomendable llevar dinero en efectivo porque el uso de la tarjeta de crédito no está tan extendido como en España y en muchos comercios y restaurantes no te dejan pagar con tarjeta.

Para cambiar dinero en Kioto recomiendo hacerlo en la segunda planta del Torii Building, enfrente de la Estación de Kioto.  También se puede cambiar en una máquina ubicada en la quinta planta de los grandes almacenes Kyoto Marui (Kawaramachi con Siho Dori)  aunque el cambio es bastante peor.

Para cambiar dinero en Tokio recomiendo: Ninja Exchange, donde nos dieron el mejor cambio, con diferencia,  de todo el viaje. Está en el barrio de Akihabara y está escondido en la quinta planta sin ascensor de un portal que pasa inadvertido (momento: buah qué triunfada el Pocket wifi).

Y sí, en un viaje a Japón recomiendo llevar conexión a internet 24 horas. A mí me encanta viajar desconectada, perderme, relacionarme con los locales y volverme a encontrar, pero Japón tiene un hándicap y es que la mayoría no habla ni gota de inglés. Nosotros contratamos en Japan Wireless un pocket wiki que recogimos y devolvimos  en el aeropuerto de Narita (en el post office de la segunda planta) por 78€ los 15 días de uso.

También es aconsejable viajar con seguro porque el coste de los servicios médicos privados en Japón es muy elevado.

Distancias entre ciudades de interés:

  • Tokio-Kioto – 2h 40min (Shinkansen Hikari)
  • Kioto-Nara – 45 min (JR Nara Line/no necesita reserva)
  • Kioto-Osaka –  30min (Shinkansen Hikari en la línea Shinkansen Tokaido)
  • Kioto-Hiroshima – 2 horas y 15 minutos (Shinkansen Hikari hasta la estación de Shin-Osaka y trasbordo al tren Sakura )
  • Tokio-Kamakura – 55 min

Algunas palabras/expresiones útiles:

  • SÍ: hai
  • No: ie
  • Gracias: arigato gozaimas
  • Por favor: onegai shimasu
  • Perdona: gomen (informal)/ sumimasen (formal)/ arigato gozaimasu, sumimasen ( el top de los “perdona” versión formal)
  • Hola: konichiwá
  • Adiós: sayoonara
  • No entiendo: wakari masen
  • Bar: izakaya
  • Agua: mizu
  • Cerveza: biruu
  • La cuenta: kanjoo
  • Baño: furo
  • Taxi: takushi
  • Bus: basu
  • Metro: chikatetsu
  • Aeropuerto: Hikoojoo
  • Cambiar dinero: ryogae
  • Banco: ginkoo

Consejos para pasar un pelín más desapercibido y no parecer tan español:

  • Saludar al entrar a un sitio con “konichiwá” y despedirse dando las gracias con “arigato gozaimas”
  • No se debe chillar
  • Hacer pequeñas reverencias
  • Sorber los fideos del ramen haciendo ruido
  • Dar o recibir dinero/tarjetas con las dos manos
  • No dejar propina. Siempre se paga en la caja junto a la salida (no en mesa)
  • Descalzarse antes de pisar un tatami